La institución de la familia tradicional ha experimentado cambios en el mundo occidental durante las últimas décadas. Ha evolucionado a nuevos estadios y se encuentra en el foco de luchas ideológicas, para bien o para mal. Paralelamente el rol de la mujer en la sociedad productiva industrializada ha cambiado y también se ha estado institucionalizando nuevos significados para el valor histórico del hombre-masculino y la mujer-femenina. Sin embargo, todo esto afecta los intereses de los menores y sus derechos, como también de los deberes y obligaciones de la sociedad en general frente a sus seres mas vulnerables: los menores de edad.
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